El aroma del café es simplemente maravilloso, abrir un paquete significa ser inmediatamente abrumado por un aroma intenso y envolvente, por no hablar de su sabor, protagonista indiscutible del despertar de la mayoría de los italianos.

La duda, sin embargo, es siempre la misma: como almacenar cafe para no hacerle perder su típico aroma?
Averigüémoslo juntos.

¿Qué arruina el café?

Antes de preguntarte cómo almacenar el café, debes averiguar qué es lo que lo estropea en particular. Pues bien, los principales antagonistas de esta aromática bebida son el aire, la humedad, el calor, los cambios bruscos de temperatura y la luz.

Seguramente habrás notado que en cualquier paquete de café aparece una sugerencia para guardarlo en un lugar seco y frescoDe hecho, no es casualidad que los paquetes de café nunca sean transparentes y estén hechos de tal manera que no dejen penetrar la luz.

Tanto en verano como en invierno, al abrir un tarro de café se debe intentar ser lo más rápido posible en cerrarlo ya que los agentes atmosféricos tienen la capacidad de despojarlo de sus propiedades aromáticas en muy poco tiempo.

Por eso, si tu frigorífico huele mal puedes poner un bol con unas cucharadas de café molido dentro: el café es en realidad capaz de absorber olores y humedad alrededor, mientras pierde su olor y sabor de esta manera.

Falsos mitos sobre el almacenamiento del café

Muchos creen que el café va en la heladera, pero en realidad esto no es más que uno creencia absolutamente equivocada: los granos de café molidos sufren no solo por el calor, sino también por el frío y los cambios bruscos de temperatura.

Sacar el café de la nevera para preparar la cafetera provoca inmediatamente condensación en el interior de la jarra y esta última será absorbida por el propio café, que perderá su aroma característico en poco tiempo.

Por la misma razón, no se recomienda en absoluto almacenar café en el congelador: en este caso, la condensación se transformaría no solo en humedad, sino también en cristales de hielo que comprometerían la integridad del producto.

Otra práctica bastante habitual consiste en introducir un corcho o la piel de una manzana en el interior del tarro: esto también está completamente malya que estos cuerpos extraños contaminarían el aroma del café haciéndolo rancio.

Por la misma razón, se desaconseja mucho dejar la cuchara con la que se toma el café directamente en la jarra: la misma, al ser metálica, podría incluso favorecer la oxidación del producto.

Cómo almacenar el café molido

Café molido conservado en tarro de cristal

Pasemos ahora a los consejos correctos que realmente pueden hacerte entender dónde almacenar el café molido para no alterar su sabor y aroma.

La primera indicación que os damos es la de obtener un frasco hermético que no sea transparente; aunque tengas a mano los clásicos recipientes de cristal, estos deben ser oscuros y capaces de filtrar la mayor cantidad de luz posible.

El frasco también debe ser de tamaño adecuadoes decir, no demasiado grandes en comparación con la cantidad de café que pretendes guardar: cuanto más espacio haya entre el café y la tapa, más aire podrá entrar en la jarra cada vez que la abras.

La mejor solución serían los frascos que te permitan sellar al vacío a mano o con la ayuda de bombas mecánicas.

Los frascos también deben ser absolutamente lavado y limpia cuando termines el café y quieras agregar más.

Si no dispones de tarros que cumplan con estas características, puedes conservar el café en su envase original, cerrándolo para que no le entre el aire: muchas marcas de café, en este sentido, ofrecen su producto directamente en cómodos tarros que, si necesario, también se puede reutilizar.

Estos últimos suelen tener una tapa de plástico simple, por lo que es fundamental conservarlos en un lugar cerrado y sin humedad.

La segunda indicación a seguir sigue a la de los paquetes de café: elige un lugar fresco y seco.

La opción ideal podría ser almacenar el café en un armario que no reciba los rayos del sol y que esté equipado con puertas no transparentes. De esta forma podrás preservar el café del calor y la luz lo máximo posible.

La temperatura presente en el ambiente también debe ser más o menos constante y oscilar entre 15 y 25 °C.

Cómo almacenar granos de café

Si eres de los que prefieren comprar café en grano y molerlo justo antes de usarlo, sin duda será más fácil mantener intactas las propiedades organolépticas del café.

También en este caso se aplican las mismas indicaciones que para el café premolido, pero los granos enteros son ligeramente más resistentes.

Sin embargo, una vez molidos, pierden la mayor parte de su solidez y tienden a dispersar casi por completo su aroma a los 15 minutos de pulverizarse.

La principal diferencia entre el café en grano y el café ya molido es que, al ser más poroso y delicado, este último es más fácilmente atacado por los agentes atmosféricos; sin embargo, esto no significa que los frijoles no deban almacenarse con el mismo cuidado y atención.

Cómo almacenar el café que ya ha sido preparado

Termo para almacenar café prefabricado

Si eres un amante del café frío, te alegrará saber que, a diferencia de lo que hemos dicho del café molido o del café en grano, el café preparado se puede conservar en la nevera.

Colocándolo en una botella de vidrio con tapa hermética, puedes consumirlo hasta 72 horas desde el momento en que lo extrajiste con la cafetera, pero tenga en cuenta que cuanto más tiempo pase, más puede variar el sabor y volverse más amargo.

El café preparado guardado en el frigorífico se puede utilizar de multitud de formas y recetas: de hecho, se puede añadir a las natillas (para hacer una variante sabrosa con sabor a café), añadirlo a preparaciones como muffins, tiramisú o donuts o Úsalo para sazonar la leche.

Los expertos pueden intentar hacer un delicioso licor de café o experimentar con originales cócteles con sabor a café.

Una segunda forma de almacenar café preparado es colocarlo en el congelador. En este caso, debes esperar a que el café se haya enfriado por completo y siempre traspasarlo a una botella de cristal con tapa hermética.

El café helado se puede utilizar de muchas formas: la más sencilla es hacer un agradable granizado de café.

Alternativamente, puede decidir ponerlo en moldes de hielo y tener siempre disponibles cubos de café útiles para poner en leche o cebada.

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