A cada uno de vosotros os ocurre a veces que tenéis que afrontar el problema inherente a un aceite que, tras su uso en frituras, hay que desechar.

Contrariamente a lo que se podría creer erróneamente, es un gesto caracterizado por una importancia considerable; la razón hay que buscarla en el hecho de que el aceite para freír posee un poder contaminante igualmente alto.

Si bien es cierto que cada uno de nosotros tiene sus propios hábitos al respecto, también es cierto que la gran mayoría de estos resultan ser, al menos, incorrectos y potencialmente peligroso.

Por querer citar algunos casos meramente ilustrativos, están los que suelen tirar el aceite de freír por el fregadero, sin contar los que optan por el inodoro o, en el peor de los casos, directamente a las papeleras.

Además de ser gestos absolutamente erróneos, cada uno de estos ignora totalmente lo que son. las consecuencias que pudiera resultar de ello.

¿Cuáles son los daños al medio ambiente?

El aceite de fruta usado hace que el agua no sea segura

Lo bueno y lo correcto es comenzar enumerando una serie de daños potenciales que podrían causarse.

Al no ser orgánico ni por tanto biodegradable, el aceite utilizado para freír los alimentos, en el caso de que se disperse en agua, conduce a la formación de un velo que en algunos casos puede alcanzar incluso un espesor considerable de 3/5 cm; esto evita que entren los rayos del sol, haciéndose responsable de daños más o menos graves al ecosistema circundante.

La nocividad del aceite usado también se manifiesta en concentraciones relativamente pequeñas: un solo gramo de producto es capaz de penetrar en los acuíferos, haciendo así que el agua no sea potable y afectando negativamente al normal funcionamiento de las depuradoras.

el aceite de freír no se puede utilizar como fertilizante

Otra «leyenda» que conviene disipar de una vez por todas es la extendida creencia de que el aceite de freír se puede reciclar utilizándolo como abono para plantas: ¡nada más falso!

En esta hipótesis, de hecho, asistiríamos no sólo a la contaminación de los acuíferos subyacentes, sino también al empobrecimiento de un suelo cuya acción de los microorganismos indispensables para el crecimiento de las plantas fracasaría.

¿Cómo desechar el aceite de freír en casa?

desechar el aceite usado llevándolo a las islas ecológicas

Entonces, ¿cómo y dónde desechar el aceite para freír? Cada unidad familiar debe disponer del aceite usado, que es el que se utiliza en la fritura de los alimentos, dentro contenedores especialmente diseñados (si el municipio lo prevé, de lo contrario también se pueden utilizar botellas de plástico), cuidando de llevar estas islas ecológicas a la ciudad.

Si no conoces la ubicación de estos sitios, puedes consultar esta página online del Consorcio para la Recuperación de Aparatos Eléctricos y Electrónicos. Además de las islas ecológicas, hay muchas estación de petroleo que entre sus servicios ofrecen recogida gratuita de aceites.

Dado que, como se mencionó anteriormente, el aceite de freír es un residuo peligroso, está terminantemente prohibido dejarlo cerca de los contenedores de basura.

¿Y por las actividades?

las actividades cuentan con un formulario para la gestión de los residuos de aceite

La obligación de proceder a la correcta disposición del aceite de freír usado también y sobre todo concierne a todas aquellas empresas encargadas de la administración de alimentos y bebidas; para estas actividades es fácil imaginar que la cantidad de producto será mucho mayor que la disponible en el hogar.

La Conoe, siglas de “Consorcio Nacional para la Recolección y Tratamiento de Grasas y Aceites Vegetales y Animales, Agotados”, a través de una red de recolección capilar, es la encargada de retirar este particular producto líquido.

Desde los restaurantes hasta las pizzerías, desde los asadores hasta los alojamientos, en todo lugar donde se generen aceites para freír deben existir recipientes especiales que, una vez llenos, deben ser vaciados por un transportista autorizado.

Las actividades artesanales, por su parte, están obligadas a registrar tanto los aceites usados ​​como los entregados en el registro dedicado a la carga y descarga. Las actividades comerciales están exentas de esta obligación; sin embargo, será indispensable cumplir con los compilación, con fecha, de una forma.

Queriendo trazar un cuadro general, es posible por tanto afirmar que pizzerías, restaurantes, bocaterías y cualquier otro tipo de local pueden optar por alguna de las siguientes opciones:

  • Acumular aceites sin límite cuantitativo alguno que posteriormente deban ser entregados en un plazo máximo de 3 meses;
  • Pasando a cantidades de aceites decididamente menos importantes (no más de 30 metros cúbicos) durante un período de tiempo más prolongado que, sin embargo, no puede superar el umbral de un año.

¿Adónde va el aceite desechado?

Si se desecha correctamente, al aceite de freír usado se le puede dar una especie de segunda vida.

De hecho, existen empresas cuya especialización radica en recuperar estos productos tratándolos con la ayuda de procedimientos específicos destinados al reciclaje; estos últimos permitirán, por tanto, obtener una amplia y variada serie de productos a partir de lo que antes eran simples desechos, como lubricantes de origen vegetal para maquinaria agrícola y glicerina para saponificación.

Según lo que dice una investigación reciente realizada por Conoe, una tonelada de biodiesel resultante de la disposición de aceites usados ​​corresponde a una reducción igual a 3,13 toneladas de dióxido de carbono liberado a la atmósfera; el ahorro también se puede definir en términos de consumo de agua, que asciende a 1,29 metros cúbicos.

Por si esto fuera poco, también se benefician positivamente estados individuales, que podrían beneficiarse de una reducción de las importaciones de petróleo que, numéricamente hablando, se puede estimar en unos 21 millones de euros.

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